INTRODUCCIÓN:

Hace unos días me llegó la noticia acerca del nuevo disco de Guazuncho, Odiseas del Litoral, y también el desafío de poder escribir sobre él.
Intento darle vueltas, escucharlo una y otra vez, ponerlo en diferentes momentos del día, con el desayuno, cocinando, de tarde, en el jardín tomando unos mates o en la avenida. Lo bailo, lo canto, lo comparto con mis almas mas íntimas, aprendiéndomelo de memoria.

Me gusta pensar en el privilegio de escucharlo antes de tiempo y lo que eso significa: la posibilidad de poder hacer algo con ello, por sentirme querido por este artista, este amigo, este fuego.

Para escribir, me refugio y busco la complicidad de alguien que ya no está aquí, nuestro fiel amigo Mariano.

De los Ríos, que fue una suerte de presidente del club de fans de Guazuncho y siento, sin dudas tambien está escuchando esta "Odiseas del Litoral" en estos momentos. Su fanatismo y admiración se junta con mis sentimientos y emociones. Él está disfrutando conmigo, tanto como yo, en todos estos diferentes momentos. Intento que guíe mis palabras y la posibilidad de plasmar algo en estos días.

“Creo que lo que hoy nos puede llegar y lo que queremos leer es sobre qué realmente nos conmueve y no lo que leemos siempre” me dijo mi hermana. Por eso hoy quiero escribir como un fuego amigo, desde ese lugar de pertenencia.

SOBRE LAS ODISEAS:

Este nuevo disco es una obra de folclore concreto, de canciones, de menos electrónica aparente pero repleto de samples muy sutiles. En esta amalgama, Guazuncho entrega y nos muestra su origen, su identidad, lo vivido desde siempre, de chiquito, y en su casa, en el Paraná. Como si fuera un río y también un pescador, un criador, un pastor junto a sus perros guardianes. Ese bagaje se coloca mejor y más claro que antes.

"Odiseas del Litoral" es un disco que avanza entre los sonidos autóctonos de la mesopotamia, se adentra en la polka y el chamamé, lo mamado en la cuna. Esa cadencia, más clara que nunca, es literalmente un paisaje y un documental del litoral.

Iñaki Zubieta nos entrega un disco de folclore que se vuelve baile de club de otra época, invitándonos a un festival o quermés de su lugar natal, en sincro con la comúnmente llamada folktronica.

El diferencial es una melancolía latente.

Y la presencia de los samples, que aparecen como confundiéndose, mimetizándose, delicadamente colocados a la vez que escuchamos un disco ejecutado prácticamente con instrumentos orgánicos. Un fade-in que nace del folclore acústico y orgánico para continuar avanzando y meterse al agua del rio de la folktronica y respirar del ambient.

Este disco parecería ser un nuevo comienzo después de nueve discos de estudio, volver a las raíces, “la vuelta del hombre al campo no tiene desperdicio” como me dijo un futuro carpintero en el mismo año en que conocía a Las Liebres del monte sagrado.

En el paisaje está el secreto, en el paisaje está la cultura y Guazuncho continúa abriendoso camino entre tanta (pero tanta) densa maleza de autotune de esta época, avanza como un aire fresco y tradicional que viene bajando como el río.

Este disco es una aula magna de ritmos y sonidos tradicionales de arpa, acordeón a piano, guitarra y bombo, y una real tesis de producción musical,
"Las perillas y la madera", la llamaría.

¿Por qué Guazuncho ahora no se presenta a un pré cosquin? Anda a saber, será que el fuego lo sabrá? Y en palabras del artista es que “porque guazuncho no es folclore, es pseudo psiche folk”.

No se puede ser moderno sin curiosidad ni bagaje cultural y Zubieta hace justicia de ello, componiendo, grabando, sampleando, resolviendo, mezclando y masterizando solito en todo como siempre, como buen y delicado artesano de este collage.

Ahora que Las Odiseas del Litoral comienzan, me encantaría poder festejarla con ese vino que ya no bebo junto a nuestro Mariano en el día de su cumpleaños.

Dedicado a Mariano De los Ríos

Uli Kaucic



"Odiseas del Litoral" de Guazuncho, se escucha como una canción infinita, noble contemplación y a su vez afluente de vivencias, postales, personajes y sonoridades amuchadas sabiamente.

El décimo disco de Guazuncho, hace su cauce alternando sensibilidades, paisajes, loops y samples camuflados en un sonido ancesatral, y así agiganta la experiencia de un largo viaje, que con sus adversidades o sus encantos siempre es fiel al amparo de la naturaleza sabia.

Y si lo que se pondera desde el titular, aparte de una travesía, es el profundo litoral, ésta obra es una especie de efigie hecha a su imagen y semejanza (sonora) de lo más mínimo a lo universal de la febril tierra costera del noreste argentino.

Imaginar al Río Paraná, un lucero, la epifanía de una mañana infinita, una promesa, una luz, una siesta sagrada o una madrugada mística; todo es posible y todo está delineado por Guazuncho. Su percepción, sus días en los esteros (experiencia vital) y su expertiz de multinstrumentista, compositor, productor, juglar, son indispensables para descifrar la magia del litoral y su eterno romance.

Estas odiseas son un hito en la discografía de Guazuncho, artistas y visionario que no elude ninguna herencia y en su nuevo disco reinventa un imaginario de música legendaria, alma-paisaje, psicodelia rural, poesía y beats para el futuro.